anteriormente a Abraham, de mediar la bendición de Dios a las naciones de la tierra. Tal misión es lo que sugiere también la declaración causal “porque [kî] mía es toda la tierra” (Ex 19:5). Como sostiene Dumbrell, “la oración con kî no funciona como la aseveración del derecho a escoger, sino como las razones o el objetivo de la elección” (Dumbrell 1988, 146). La elección de Israel como el “tesoro especial” de Yahvé no es un fin en sí misma, sino un medio para un objetivo mucho mayor. Si se toma
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